El cultivo
Plantación
Antes de comenzar con la plantación, se realizan una serie de labores preparatorias del terreno, con el fin de que éste quede esponjoso, muy suelto y bien nivelado. Así pues, la maquinaria a utilizar debe ser de poco peso para evitar problemas de compactación del suelo. Se emplean tractores que oscilan entre 25-70 CV.
La chufa se planta entre los meses de abril y mayo, fecha que viene condicionada por el cultivo anterior. Se realiza de manera mecánica, sembrándose en caballones, los cuales tienen una altura de 20 cm y una separación de 60 cm. La profundidad de siembra oscila entre los 6-8 cm cuando el campo está en sazón.
La densidad de siembra es un aspecto del cultivo importante, pues el rendimiento y la calidad del tubérculo dependen en buena parte de ello. Aún así, existe una densidad óptima, que no debe sobrepasarse, ya que entonces el tubérculo queda pequeño y las plantas se ahilan encamándose prematuramente. Esta densidad óptima es aproximadamente 120 a 135 Kg por Ha (10 a 11,25 kg por hanegada).
Por lo que respecta a las condiciones óptimas para el cultivo de la chufa, presenta las siguientes exigencias:
- Exigencias climáticas; En climas cálidos, como es el valenciano, con temperaturas medias elevadas, alta humedad relativa ambiental y un periodo de 4-5 meses libres de heladas, la planta puede completar su ciclo vegetativo sin el menor problema.
Exigencias edáficas; Si se pretende obtener una producción de calidad, el cultivo de la chufa sólo puede realizarse en suelos que posean unas características especiales. Los suelos adecuados para el cultivo de la chufa han de ser sueltos, tanto por la calidad como por el rendimiento y recolección del tubérculo, pues la recolección ha de realizarse tamizando un espesor de suelo de 15-20 cm. de profundidad donde se encuentra el tubérculo. Además, los suelos en los que se cultive la chufa, deben tener un buen drenaje, estar nivelados, estar limpios de restos vegetales y piedras y ser ricos en materias orgánicas.